CEAPEDI
Centro de Estudios y Actualización
en Pensamiento Político, Decolonialidad e Interculturalidad
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Investigación
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Proyecto de Investigación 04
/ H 164 Período 2017/ 2020
Denominación del proyecto: Mal(estares)
en la sociedad occidental: dimensión propositiva
de prácticas y discursos intersticiales en escenario
posoccidental.
Directora: María Eugenia Borsani
Sinopsis
Este proyecto da continuidad al Proyecto El presente
en tiempos globales. Geopolítica del conocimiento
y nuevas modalidades de colonialidad. Este nuevo
proyecto continúa en la misma línea temática
mas no se acota al relevamiento, como tampoco a vislumbrar
las nuevas formas en las que se despliega la colonialidad;
más bien su eje estriba en las aristas propositivas
de determinadas prácticas y discursos intersticiales,
en aras de dar con ejercicios decolonizantes
(Borsani, 2015), en escenario posoccidental, habida
cuenta de los mal(estares) en la sociedad occidental.
Se entiende por posoccidental (Fernández Retamar,
Coronil) el escenario que se constituye a partir del
desprendimiento hacia contextos periferializados, no
contemplados en perspectivas de cuño intra-moderno
también precedidas por el prefijo post (i.e.
posmodernidad y otras). Dicho desprendimiento comporta
un gesto de soberanía político -epistémica,
a la vez que abre a ontologías críticas
de la sociedad (Sáez Rueda, 2009 y Escobar, 2012).
A través de esta apertura se dilucida:
1) la concepción de cultura, propia del escenario
antropocéntrico moderno en declive, en aras de
desandar el binomio naturaleza - cultura y, así,
desbrozar la taxonomía subyacente, servicial
a la lógica expoliatoria del capitalismo.
2) los alcances de las ontologías posdualistas
en tanto que impugnan la lógica oposicional de
la episteme moderna.
3) la violencia ínsita en el paradigma occidental,
hacedora de su propia decadencia e implosión
(Quijano, 2010), lo que permite analizar, por ende,
propuestas remediatorias ante tal estado de situación.
4) la posibilidad de nuevos diseños de prácticas,
discursos y experiencias (y con ello, de mundos) que
logran sobrevenir al blindaje moderno-colonial en el
campo filosófico, político, literario,
artístico, y otros.
ASPECTOS DESCRIPTIVOS DEL PROYECTO
ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO SOBRE EL TEMA, FUNDAMENTACIÓN
Y MARCO TEÓRICO
A partir de la tematización del presente
en tiempos globales (términos que se hallan
en la denominación del proyecto que culmina y
al cual este da continuidad) surgen cuestionamientos
que motivan la tarea investigativa centrada en los mal(estares)
en la sociedad occidental, mentado dicho malestar de
muy diversas maneras y por muy distintos pensadores.
Carlos Fuentes, renombrado literato mexicano, días
antes de morir en el mes de mayo de 2012, se refirió
al mismo exhortando a los intelectuales a atender a
la crisis del presente. Por su parte, desde la Filosofía,
Luis Sáez Rueda es hoy una de las voces más
relevantes respecto a la letalidad del presente, su
propensión thanatológica y el vacío
generado por El ocaso de occidente, según el
título de su última obra.
Así también, Aníbal Quijano nos
ha instruido respecto a la excepcionalidad y especificidad
histórica de la crisis de la modernidad que nos
atraviesa dado que es el primer patrón global
de poder que entra en crisis, pues sus fundamentos constitutivos
e inherentes son los que están en crisis. Es
decir, la crisis se genera por lo que el mismo patrón
de poder mundial capitalista ha provocado y no por factores
exógenos.
En este contexto, la destacada intelectual Catherine
Walsh se interroga, desde Ecuador, acerca del papel
de las universidades dado que advierte que estas se
orientan hacia una lógica empresarial, profesionalizante
y deshumanizante. La autora cuestiona el estatus actual
de los estudios culturales, sociales y humanos. Demanda
una indagación sobre la operación del
patrón de poder racializado y generizado, difuminado,
velado pero ciertamente operante. Se pregunta: ¿Existe
una consideración o preocupación sobre
el problema de humanidad aún presente:
la sobrehumanidad de algunos, la subhumanidad de otros
y las prácticas de deshumanización que
no solo subordinan a ciertos grupos humanos, sus culturas,
conocimientos y visiones de estar en y con el mundo,
incluyendo no sólo la naturaleza, sino también
aquéllos que apelan por su eliminación?
(Walsh, 2014) Ahora bien, ante este presente, que revestiría
un carácter aciago y letal, la pregunta ineludible
de nuestros días, en el marco de las investigaciones
académicas, orbita en torno a cómo, no
sólo dar cuenta de esta instancia de crisis terminal
de occidente y del malestar que la misma conlleva, sino
también cuáles han de ser las posibles
estrategias para pensar la vida por fuera del mundo
que atenta contra ella o, dicho de otro modo, cómo
habitar [e]n los márgenes, las fronteras
y las grietas del capitalismo y del Estado, [pues allí]
suelen encontrarse con mayor nitidez estas alternativas,
en esencia: formas de subsistencia, modalidades de reproducción
social y dinámicas de producción, distribución
e intercambio que se rigen por otras lógicas
más allá de la acumulación y del
individualismo posesivo (Quintero, 2016). A esos
márgenes, grietas y fronteras nos referimos al
adjetivar de intersticiales a aquellas prácticas
y discursos que propician una respuesta propositiva
ante los mal(estares) en y de la sociedad occidental
en escenario posoccidental. Así, este proyecto
(que se desprende del trayecto investigativo anterior)
se soportará en la perspectiva modernidad/colonialidad,
las epistemologías del sur, los estudios de la
subalternidad y los estudios poscoloniales (con las
diferencias que amerita establecer entre cada una de
las perspectivas) en tanto marco teórico privilegiado.
Interesa entonces ahondar en prácticas, discursos
y gestos en tanto que edificantes, concebidos en el
interior de un posicionamiento altermundista, en sentido
lato. Estos se evidencian en la esfera filosófica
(en tanto se busca una decolonización de la Filosofía),
a la vez que política y económica como
así también estética, literaria
y comunicacional y apuntan al desprendimiento de la
matriz colonial conformada desde la modernidad a esta
parte en simultaneidad con el ordenamiento capitalista.
En esta dirección, el presente proyecto se inscribe
en la línea investigativa abierta, en primer
lugar, con el PIN Indagación crítico
interpelativa del presente (2009/2012) orientado
a la crítica del modelo monodisciplinar y monocultural
imperante en el andamiaje conceptual canónico
de las Ciencias Sociales y Humanas, reparando para ello
en el locus de enunciación eurocéntrico
desde el cual fue forjado dicho andamiaje discursivo.
Esta línea de investigación ha sido continuada,
en segundo lugar, por el PIN El presente en tiempos
globales (2013/2016). En este se propendió,
por un lado, al análisis de las nuevas modalidades
de colonialidad desplegadas en la actualidad por parte
del patrón de poder occidental en crisis y, por
el otro, -en clara sintonía con el proyecto anterior-
a la indagación de la centralidad que posee la
geopolítica del conocimiento (Mignolo)
dado el carácter situado de toda producción
del conocimiento ocultado por el despliegue de la modernidad
europea y su pretensión de alcanzar una universalidad
des-corporizada, meta-empírica y meta-histórica
(Castro-Gómez). Este recorrido investigativo
es retomado y ampliado en el actual proyecto de investigación
al asumir como eje central ya no el análisis
de las nuevas formas de colonialidad y la centralidad
que poseen en la crítica al modelo eurocéntrico
junto a la identificación de la geopolítica
del conocimiento, sino en las aristas propositivas de
determinadas prácticas, experiencias y discursos,
en aras de dar con ejercicios decolonizantes
(Borsani, 2015) en escenarios posoccidentales, los que
se erigen como corrimiento del patrón global
de poder capitalista. Se entiende por posoccidental
el escenario que se constituye a partir del desprendimiento
hacia contextos periferializados (Fernández Retamar,
Coronil, Mignolo, otros) no contemplados en perspectivas
de cuño intra-moderno también precedidas
por el prefijo post (i.e. posmodernidad y otras). Dicho
desprendimiento comporta un gesto de soberanía
político -epistémica, a la vez que abre
a ontologías críticas de la sociedad contemporánea
(Sáez Rueda, 2009 y Escobar, 2012). A través
de esta apertura se procura dilucidar:
1) la concepción de cultura, propia del escenario
antropocéntrico moderno en declive, en aras de
desandar el binomio naturaleza - cultura y, así,
desbrozar la taxonomía subyacente, servicial
a la lógica expoliatoria del capitalismo;
2) los alcances de las ontologías posdualistas
en tanto que impugnan la lógica oposicional de
la episteme moderna;
3) la violencia ínsita en el paradigma occidental,
hacedora de su propia decadencia e implosión
(Quijano, 2010), lo que permite analizar, por ende,
propuestas remediatorias ante tal estado de situación;
4) la posibilidad de nuevos diseños de prácticas,
discursos y experiencias (y con ello, de mundos) que
logran sobrevenir al blindaje moderno-colonial, en el
campo filosófico, político, literario,
artístico, y otros.
Este proyecto se sostiene en una indisimulable y productiva
teorización del dolor (Pajuelo, 2001)
como vía para el recusamiento de la lógica
eurocentrada.
Es en dicha dirección que importan estas aperturas
dado que permiten visualizar la posibilidad de un corrimiento
de la hegemonía de la modelización moderno
colonial. Para tal corrimiento/ desprendimiento es menester
la difuminación del perfil del sujeto moderno
occidental anclado en la individualidad o al decir de
Huanacuni aquel que ha adoptado una forma determinada
de vida (individualista, consumista, depredadora, homogeneizadora
e insensible) (Huanacuni en Quintero, 2016). Ello
implica una retracción respecto del sujeto de
derecho, del sujeto de la historia, del sujeto del conocimiento
(y con ello de la propiedad autoral, en sentido amplio)
(Heinich, 2008). La pregunta entonces que surge es hacia
dónde se orienta la/s subjetividad/es una vez
producida la retracción mentada. Cabe así
explorar la posibilidad de horizontes no ya sostenidos
en la dinámica occidental sino en modos de mundos
que se pre-configuran a la luz del colapso del modelo
capitalista moderno colonial en tanto matriz imperante.
Dicha posibilidad es analizada desde diversas formaciones
disciplinares. En ese sentido, interesa hacer mención
a la orientación transdisplinaria del equipo,
tanto en lo que hace a sus contenidos como en lo pertinente
a las procedencias disciplinarias de sus integrantes,
a saber: la Filosofía, las Letras, el Arte, las
ciencias de la Comunicación, la Politología
y otras, todas ellas abocadas a la indagación
en torno a los mal(estares) de nuestra sociedad occidental.
Dicha trama transdisciplinar posibilitará investigar
diversos contextos en los que se advierte la dimensión
propositiva de prácticas y discursos intersticiales
en escenario posoccidental, en conformidad con el objetivo
general perseguido.
Por ello, importa involucrarnos con diversos contextos,
espacios, en los que el despliegue de dicha dimensión
propositiva coadyuva a vislumbrar aristas edificantes
que se erigen en tanto recusatorias del actual estado
de cosas, a la vez que se presentan en tanto instancias
experienciales creativas y constructivas que cuestionan
la letalidad del presente mentada, bajo la forma de
racismo, sexismo, control y manipulación de la
vida, insostenibilidad de la vida humana y no humana,
(Pérez Prieto y Domínguez-Serrano) y más.
Además de lo dicho y a la luz de los diferentes
intereses investigativos de los participantes, otras
de las cuestiones que se indagarán se vinculan
con el campo político y comunicacional. Así,
en el marco de la matriz moderna imperante ha sido protagónico
el desarrollo en tanto concepción aunada a la
idea de avance, crecimiento, productividad y bienestar
material, consideraciones éstas que no han sido
sino ficciones y, por ello mismo, imposibles de ser
cumplidas. El escenario posoccidental está en
directa relación con el de posdesarrollo entendiendo
por tal un corrimiento de la matriz monocultural occidental
que enjuicia la lógica desarrollista. Tematizar
lo comunicacional en clave pos-occidental supone abandonar
el desarrollo como episteme, utopía y campo
semántico (
) para emancipar a la comunicación
de los fines pragmáticos en que se encuentra
atrapada (Torrico Villanueva; 2013). Más
bien la comunicación es concebida como promotora
de proceso de participación, diálogo y
transversalidad, lo que sin duda incide en los modos
también de concebir el poder. El post-desarrollo
supone, entonces, un corrimiento epistémico-político
y libera el espacio discursivo para que surjan otros
pensamientos, otras posibilidades, otras formas de práctica
social (Escobar; 2013), el post-desarrollo propicia
prácticas y discursos que, en tanto que ejercicios
decolonizantes, en este caso de la comunicación,
suponen un descentramiento de su base antropocéntrica
y de su condición estrictamente medio céntrica
e instrumental. Se trata de espacios que expresan creencias,
valores, saberes que resurgen hoy en clave de resistencia
y re-existencia (Albán Achinte).
En esa dirección interesa indagar experiencias,
cada vez más notorias, que ante los diversos
modos de desplegarse la embestida neo-colonial, responden
con acciones, propuestas y experiencias, no solo recusatorias
sino con gran potencial propositivo, desplegándose
en los intersticios del patrón de poder global
capitalista. En tal dirección, Escobar advierte
acerca de áreas interrelacionadas que están
trazando sus trayectorias intelectuales y políticas
por los vericuetos epistémicos y sociales (culturales
y políticos) del Continente y tejiendo un paisaje
diferente de pensamiento, campos de estudio y procesos
políticos y culturales, al que prevaleciera hasta
hace un par de décadas (Escobar, 2014).
Son los vericuetos de los que habla el autor, esos espacios
intersticiales que interesan a este proyecto.
Estos procesos políticos y culturales van amañados
a formas comunicacionales en redes que precisan ser
globales -y se han ido constituyendo como tales- para
generar un embate a la matriz occidental y desarrollista.
Según Maldonado Rivera (2013) el uso de las denominadas
TICs por parte de grupos históricamente racializados
y subalternizados, sería proclive a una decolonialidad
de la comunicación y permitiría desarrollar
modelos comunicacionales colaborativos y horizontales,
y con ello, nuevas formas de ejercicio del poder, en
virtud de la apropiación de estas tecnologías
por la ciudadanía en general.
En relación a estos nuevos modos de circulación
de la información y diseños de prácticas,
discursos y experiencias otras, en el marco de la conformación
de movimientos sociales y comunales, se desarrollan
como correlato, formas de vigilancia y localización
a escala global y en tiempo real. Además, interesa
indagar la tensión entre la posibilidad de generar
estéticas y lenguajes otros, nuevas semióticas
recusatorias de la matriz moderna colonial.
Así, en el marco de esta investigación,
se abordarán las tensiones que se generan en
el espacio digital entre, por una parte, las tendencias
que lo transforman en un ámbito de colonialidad,
de vigilancia o de control y, por la otra, las posibilidades
que se abren referidas a la conformación de redes
y de elaboración de proyectos en conjunto a nivel
global. Interesan, en particular, las posibilidades
organizativas de movimientos sociales y comunitarios,
conformados por grupos históricamente subalternizados,
que son, precisamente los que crean, diseñan,
al tiempo que apuestan a mundos otros en escenarios
posoccidentales.
Asimismo, es menester hacer mención al arte,
pues este se vuelve espacio receptivo de la crítica
del modelo moderno antropocéntrico y da lugar
a estéticas insurrectas en tanto dimensión
propositiva de modos otros de hacer arte (y de hacer
mundo). Se trata de aquellas poéticas que resultan
desobedientes, insurgentes respecto de ordenamientos
institucionales canónicos enrolándose
en la Aiesthesis decolonial en tanto exhibe las heridas
coloniales de la sensibilidad (Borsani y Melendo, 2016).
Interesa indagar la posibilidad de concebir artísticamente
nuevas propuestas que no se trunquen en la denuncia
(aun cuando pensamos la denuncia como un gesto afirmativo)
sino que sean capaces de exhibir una mirada positiva
hacia el presente que busca decolonizarse. Esta perspectiva
considera que no hay recepción posible de esas
obras que se limite a los elementos formales, porque
estos son signos materiales que conectan la obra con
el contexto en que están emplazadas, y a la vez,
con el canon artístico que las precede para discutir
con ambos, citarlos y desobedecerlos.
En el mismo sentido es pertinente indagar en prácticas
discursivas emergentes que divulgan la configuración
posible de otro hacer en el campo del lenguaje ya sea
ficcional o no ficcional. Los vericuetos o espacios
intersticiales mencionados con anterioridad han estado
presentes en el campo de las Letras, sin embargo, la
cooptación de fenómenos que surgen desde
la alteridad -en cuanto a producción y medios
de difusión-por parte de patrones que imprimen
el sello de lo esperado, en tanto moderno-colonial,
es evidente. Por lo tanto, y sin dejar de lado el contenido
de esas producciones interesa analizar cuáles
son las prácticas que en el presente construyen
formas otras, generalmente colaborativas y disruptivas,
de hacer literatura en general, junto a otras expresiones
performativas, y de hacer libros de literatura, en particular.
Esto es profundizar en la pregunta sobre cuáles
son los mecanismos que fomentan o, por el contrario,
diluyen la bibliodiversidad en la actualidad.
Por lo dicho, será indispensable dar con las
luces aurorales (Sáez Rueda), que
en tanto potencia creativa generen espacios de apertura
hacia un futuro que se separe de la autofagia de occidente,
de cara a la ignominia del presente y a los padecimientos
inocultables que de muy variadas formas asedian a la
sociedad occidental, no en aras de corregir distorsiones
o disfunciones, no en aras de un mundo mejor sino en
dirección a mundos distintos, dado que el creado
por occidente se ha vuelto inviable (insustentable)
e invivible. Tal potencia creativa habilitaría
la gestación de la dimensión propositiva
y edificante de prácticas, experiencias y discursos
intersticiales que conforman el escenario posoccidental
frente a los mal(estares) de nuestra sociedad.
Objetivos
Objetivo General
El objetivo general perseguido es investigar, habida
cuenta de los mal(estares) en la sociedad occidental,
los diversos contextos -con particular atención
al regional- en los que se advierte la dimensión
propositiva de determinadas prácticas, experiencias
y discursos intersticiales, en aras de dar con ejercicios
decolonizantes en escenario posoccidental, los que se
constituyen como corrimiento del patrón global
de poder capitalista.
Objetivos Específicos
1) tematizar la concepción de cultura, propia
del escenario antropocéntrico moderno en declive,
en aras de desandar el binomio naturaleza - cultura
y, así, desbrozar la taxonomía subyacente,
servicial a la lógica expoliatoria del capitalismo;
2) examinar las ontologías posdualistas en tanto
que impugnan la lógica oposicional de la episteme
moderna;
3) identificar la violencia ínsita en el paradigma
occidental, hacedora de su propia decadencia e implosión
(Quijano, 2010), lo que permite analizar, por ende,
propuestas remediatorias ante tal estado de situación.
4) indagar, por tanto, la posibilidad de nuevos diseños
de experiencias, prácticas y discursos (y con
ello, de mundos) que logran sobrevenir al blindaje moderno-colonial,
tanto en el campo filosófico, político,
literario, artístico, y más;
5) analizar la difuminación del perfil del sujeto
moderno en escenario posoccidental a la luz de construcciones
político-epistémicas recusatorias de la
modelización moderno-colonial;
6) explorar el alcance y los modos que adopta la comunicación
en espacios organizacionales de carácter asambleario,
en contexto pos-occidental, constituidos en el marco
de luchas socio-políticas contemporáneas
y examinar la injerencia de las TICs en procesos y proyectos
de resistencia.
7) analizar los debates referidos al alcance que adquiere
en la región el discurso sostenido en la noción
de desarrollo.
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Proyecto de Investigación
04/H 133 Período 2013/2016 Finalizado - Informe
Final Evaluado con la máxima calificación
El presente en tiempos globales. Geopolítica
del conocimiento y nuevas modalidades de colonialidad.
Director: María Eugenia Borsani
A propósito de su Fundamentación
Este proyecto continúa la línea
del proyecto anterior "Indagación crítico
interpelativa del presente". Así, la pregunta
por el presente en tiempos globales, en donde se despliegan
nuevas modalidades de colonialidad, es el tema convocante
de esta investigación. La colonialidad es la
condición sine qua non de la modernidad evidenciada
en el despliegue de prácticas hegemónicas
epistémico-políticas inherentes al dominio
occidental, y con ello, la supresión de la geo-política
del conocimiento. Dicha colonialidad ha posibilitado
la perpetuación del patrón de poder occidental,
configurando los marcos conceptuales canónicos
de las ciencias sociales y humanas, funcionales a la
matriz euro-anglo-centrada. En ese sentido, para una
investigación que atiende al presente en tiempos
globales -y a las inocultables mutaciones en el ordenamiento
mundial- se hace necesario una revisión de los
insumos conceptuales evidenciándose un desajuste
entre cambios vertiginosos a escala global y las categorías
y marcos teóricos a los que se recurre para dar
cuenta del presente.
Nos daremos como tarea:
a) la indagación de nuevas formas de colonialidad
operantes en el presente global; b) la revisión
de los marcos conceptuales de las ciencias sociales
y humanas, inspeccionando los resortes por los que éstos
han resultado altamente eficaces para imponer el patrón
mundial de poder colonial; c) una resignificación
del andamiaje conceptual propio de la filosofía,
la política, la historia, entre otros ámbitos
de las ciencias sociales y humanas, favoreciendo al
diseño de otras estrategias discursivas y de
nuevas propuestas epistémico-políticas
capaces de incidir en la realidad social, y d) el desempeño
descolonizante dirigido hacia el paradigma occidentalocéntrico
dominante.
ASPECTOS DESCRIPTIVOS DEL PROYECTO
ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO SOBRE
EL TEMA, FUNDAMENTACIÓN Y MARCO TEÓRICO
La pregunta por el presente en tiempos
globales, en los que se despliegan nuevas modalidades
de colonialidad es el tema convocante de este proyecto
que continúa la línea de indagación
desarrollada en el proyecto que finaliza: "Indagación
crítico interpelativa del presente. Coordenadas
de matrices de pensamiento: hibridación e interdiscursividad"
(2009-2012. Código: 04/ H 111) por lo que se
continuará con la revisión del andamiaje
conceptual canónico de las ciencias sociales
y humanas. La pregunta por el tiempo presente se ha
considerado urgente en momentos de cambios significativos
ante la conciencia de un nuevo contexto epocal (Hegel,
Kant, Sartre, Foucault). Hasta hace escasos 50 años
atrás sólo Francia, Alemania, Inglaterra,
Italia y Estados Unidos eran los espacios de referencia
de las ciencias sociales y sus insumos teóricos
procuraban tener valía para la comprensión
del mundo todo. En la actualidad, uno de los embates
más difíciles que enfrentan las ciencias
sociales y humanas es en virtud de su carácter
de eurocentradas, lo que pone en cuestión su
pretensión de validez universal. Esto es, las
ciencias sociales, en tanto resultantes del sistema-mundo
moderno, como bien lo ha mostrado Inmanuel Wallerstein,
llevan la marca euro-céntrica impresa en ellas,
lo que distorsiona el conocimiento que procuramos tener
de nuestro propio tiempo histórico dado que siempre
éste es escrutado desde un arsenal conceptual
cuyo lugar de enunciación es etnocéntrico
por excelencia. Hablar de etno-centrismo no comporta
una contradicción en tiempos globales siendo
que una de las características de la globalización
es la disipación de la centralidad y la interdependencia
transnacional a escala mundial de esferas político-económicas
y socio-culturales conjugando paradójicamente
tanto una pretensión de totalidad, como visibilizando
instancias de resistencia al modelo hegemónico
occidental, espacio desde donde se diseña el
mundo global. En tal sentido, la escena del presente
globalizado es resultante de un fenómeno de imposición
moderna imperial. Ésta está siendo analizada
en términos de neo-colonialismo, en virtud de
la acción expansiva a escala planetaria en pos
de reproducir esquemas del universo occidental. Cabe
aquí decir que la agencia colonial ha alterizado,
subalternizado y clasificado jerárquicamente
grupos humanos, saberes y modelos de organización
política a partir de la invención de la
categoría mental "raza" y que, junto
a ello, se extiende un proceso de racialización
que gravita en todas las esferas en tanto constituye
la imposición de un patrón mundial de
poder capitalista, esto es, "colonialidad del poder"
(Quijano). Así, bajo la pátina de la aceptación
de la diversidad cultural se despliega una política
de integración asimilacionista que invisibiliza
la marca colonial (ello se advierte en el debate entre
los partidarios de un multiculturalismo intra-moderno
tematizado por Jameson, iek, entre otros
y una interculturalidad crítica -Walsh, Viaña-
desde espacio latinoamericano).
En los últimos treinta años, -junto a
los procesos de independencia de Asia y África-
toma envergadura la acusación del carácter
euro-céntrico del entramado de las ciencias sociales
colonial y junto a ello, la visibilización de
su pretensión totalizante. En escenario sudasiático
la perspectiva que ofrece el Grupo de Estudios Subalternos
fundado en 1982 (Guha, Chakrabarty, Chatterjee, otros)
pone en cuestión los recursos teóricos
aplicados para explicar la India colonial en tiempos
poscoloniales, gestados en la academia europea. Dicha
imposición teórica es conceptualizada
por la intelectual india Gayatri Spivak como "violencia
epistémica", en referencia a la acción
de violencia simbólica que se ejerce desde la
imposición colonial de conceptualizaciones teñidas
de universales, las que desde los Estudios Subalternos
son puestas en cuestión.
También el intelectual palestino Edward Said
(1978) se ha ocupado de mostrar el modo cómo
desde la linealidad occidental se gesta el no-oeste;
desde occidente se inventa oriente, el orientalismo
resulta de una constelación prejuicial propia
de la monocultura moderna colonial. El occidentalismo
es así gestor de la otredad oriental y lo que
se diga de Oriente, de sus formas de vida, de su legado
y tradición surge desde la sesgada mirada de
la escena europea imperial. A su vez, se desarrollan
perspectivas en sentido similar, focalizándose
en la crítica al occidentalismo desde América
Latina (Férnandez Retamar, González Casanova)
Desde mediados de la década de los ´80,
el sociólogo portugués Boaventura de Sousa
Santos, fuertemente comprometido con movimientos sociales
de resistencia al modelo neo-liberal, postula la urgencia
de una exploración de los paradigmas vigentes
en las ciencias sociales y humanas sosteniendo la inviabilidad
del mantenimiento de los marcos categoriales, dado que
éstos han quedado sin respuesta ante un mundo
que reclama de sustantivos cambios civilizacionales,
habida cuenta del actual estado de cosas y del despliegue
de nuevas formas de colonialidad. En esa dirección
se orienta su propuesta de una epistemología
del sur, (donde sur es la metáfora del sufrimiento
humano producido por el occidente capitalista) y con
ello una acción de rediseño y reinvención
tanto del saber como de la emancipación social
en pos de un 'conocimiento prudente para una vida decente'
(Santos, 2009).
El concepto "geopolítica del conocimiento"
según lo ha conceptualizado Walter Mignolo resulta
central para este proyecto, puesto que pone en evidencia
que el conocimiento, los criterios epistémicos
y la manera de conocer emergentes de la modernidad,
están situados geográfica e históricamente,
y no es posible dar con conocimientos des-localizados
y des-corporeizados. Explorar la filosofía y
las ciencias sociales desde esta perspectiva permite
advertir que éstos son conocimientos configurados
en los países centrales de una modernidad europea
localizada entre los siglos XVI y XIX, omitiendo otras
formas de conocer como también de los saberes
configurados por fuera de los criterios de legitimación
del conocimiento generados en universidades europeas
-tanto las renacentistas como las humboldtianas-. De
este modo, se traza una dirección necesaria para
la validez del conocimiento, una tradición que
hunde sus raíces en la Grecia clásica
y que establece lazos de continuidad con los centros
de poder político y económico de la modernidad.
En esa configuración planetaria del conocimiento
quedan fuera del circuito de validación, los
saberes, las representaciones, las cosmovisiones producidas
en otras regiones del globo: en África, Asia
o América Central y del Sur no es posible encontrar
conocimientos válidos, según la óptica
eurocentrada. De acuerdo con Mignolo, la perspectiva
de un conocimiento universal y des-localizado remite
a las tres más conocidas macro-narrativas de
Occidente con pretensión global: el cristianismo,
el relato liberal y el relato marxista. Mignolo aboga
por una 'geopolítica de la sensibilidad y del
conocimiento', que de cuenta de la supresión
de la localización geográfica e histórica
del conocimiento, es decir, de los cuerpos, biografías
y sensibilidades comprometidas en toda enunciación.
Claro que corresponde diferenciar, siguiendo a Mignolo,
el proceso de globalización inaugurado en el
S. XVI a partir del circuito comercial del Atlántico,
primera expansión comercial europea (primera
modernidad en términos de Dussel), continuado
durante la Ilustración y lo que de ordinario
se entiende por globalización, la que se despliega
a partir del fin de la guerra fría. En lo que
a este proyecto respecta, atenderemos a la globalización
en el marco del desarrollo del proyecto neoliberal del
S. XX, que bien podría ser denominado como globalismo;
considerando, a su vez, los primeros momentos de la
modernidad junto a la colonialidad como condición
de posibilidad de su despliegue.
La idea de construir conocimiento sobre
bases sólidas, en tanto pretensión de
la modernidad, ha generado la tentación de fijar
en un punto -potencias europeas del siglo XVI- una especie
de plataforma absoluta de partida desde la cual quien
observa el mundo hace tabla rasa de todo lo aprendido
y empieza de nuevo. Desde ese nuevo punto de partida
se nombra por primera vez el mundo, y se trazan las
fronteras que delimitan cuáles son los conocimientos
legítimos y cuáles son los comportamientos
socialmente válidos. Se fija así el locus
de un comienzo epistemológico, que permite instituir
una representación del mundo social y natural,
en la que el observador -que se representa a sí
mismo inobservado- asume la neutralidad axiológica
y la objetividad como elementos indispensables del conocimiento
con pretensiones de verdad: la hybris del punto cero,
según Castro-Gómez. Pero no es sólo
un comienzo epistemológico, es también
un comienzo del control económico y social sobre
el mundo.
El conocimiento construido desde la modernidad occidental
-en la filosofía y las ciencias sociales-, avalado
por su tradición académica se asienta
sobre dos supuestos que permanecen implícitos.
Por un lado, la idea de un metarrelato lineal, el de
la historia universal, según la cual las culturas
y los pueblos -todos- han de pasar por una secuencia
que los conduce desde el primitivismo hasta la modernidad.
La sociedad moderna, industrial y liberal es la meta
de ese relato; las otras formas de concebir el mundo,
la sociedad y el poder serán negadas y subalternizadas.
Por otro lado, sólo los constructos conceptuales
occidentales, las formas de organización que
se basan en ellos, y la experiencia histórica
por ellos alumbrada, son las únicas formas válidas
y universales del conocimiento. Luego, conceptos como:
Estado, sociedad civil, ciudadanía, clase, democracia,
economía, mercado, etc. adquieren la dimensión
de categorías hegemónicas con las cuales
explorar cualquier tipo de realidad; pero también
son admitidas naturalmente como proposiciones normativas,
como prescripciones que prefiguran el 'deber ser' de
las organizaciones humanas, cualquiera sea su ubicación
planetaria. De modo que los constructos occidentales
se convierten en parámetros con los cuales indagar
y detectar avances, retrocesos, carencias en otras sociedades.
Así, la ubicación de la cultura occidental
europea como patrón de medida remite a la "colonialidad
del saber", según lo ha tematizado Edgardo
Lander.
En virtud de lo expuesto, se espera de este proyecto
un desempeño en sintonía con lo que se
denomina "descentramiento del etnocentrismo"
(Grimson) el que contribuirá a poner en discusión
los marcos conceptuales y los saberes dominantes de
las ciencias sociales hegemónicas entendiendo
que dicho tratamiento es impostergable para la cabal
comprensión de los cambios actuales en el ordenamiento
global y la gravitación que hoy comporta, a nivel
mundial, la emergencia de subjetividades críticas
al presente neoliberal capitalista, desde espacios tenidos
por periféricos y subalternos por los centros
de poder hegemónicos.
De esta manera la pregunta por el presente en tiempos
globales propende a poner en tensión el despliegue
de nuevas modalidades de colonialidad que se evidencian
en nuestros días: biocolonialidad -colonialidad
de la naturaleza, mundialización del cultivo
transgénico-, nuevos patrones de desarrollo,
control del tiempo por las nuevas tecnologías,
homologación de stándares del conocimiento
y de gestión de la diversidad cultural, entre
otras.
En atención a lo expuesto se pondrá suma
cautela en las diferencias conceptuales del entramado
categorial de los estudios subalternos, la teoría
poscolonial y la opción decolonial, como también
las distinciones entre cada una de tales perspectivas
con las críticas intra-modernas contra-eurocéntricas.
En esta línea de indagación se hace necesario
tener en cuenta, al mismo tiempo, las críticas
internas que el propio núcleo de occidente está
poniendo en juego contra sí mismo. Tales son
los objetivos de una "ontología crítica
del presente" que se desarrolla en el seno del
panorama filosófico-sociológico occidental,
una ontología crítica que, inspirada en
la idea de una "autocrítica permanente"
y de una "constante reinvención de sí"
(Foucault), rastrea la genealogía de una decadencia
oculta bajo los presuntos signos del progreso. Dicha
decadencia indica, ante todo, el hundimiento occidental
en el fenómeno del nihilismo "negativo"
(Nietzsche) o "impropio" (Heidegger), en virtud
del cual la existencia del hombre ha quedado desarraigada
del mundo y vinculada a procesos ciegos con fondo ontológico
y capaces de someter el ámbito socio-cultural
y político a inercias autonomizadas de carácter
supraindividual y supra-nacional. Entre tales inercias,
se podría mencionar la conversión de todo
lo real en objeto a disposición del arbitrio
subjetivo, la racionalización del mundo de la
vida mediante la lógica pragmático-instrumental
o estratégica, y el despliegue de una biopolítica
que, aspirando aparentemente al impulso y crecimiento
de la vida, se convierte en thanatología (Agamben,
Espósito). Tanto es así que un nuevo "malestar
en la cultura" occidental viene siendo inspeccionado
desde una rica producción actual. Para algunos
(Sáez Rueda), esta ontología crítica
debe desenmascarar incluso, el "vacío estructural"
que subyace a fenómenos como los mencionados,
un vacío de ser que produce patologías
de civilización en superficie. Todas estas críticas
internas del mundo actual occidental, en su dimensión
más nuclear, pueden ser reinterpretadas desde
un punto de vista descolonizador, desplazándolas
al nuevo marco conceptual de cuya necesidad hemos hablado.
Pues lo que expresan, entre otras cosas, es que la violencia
colonial de Occidente y la propia decadencia interna
de éste van unidas: el vaciamiento de sentido
y la falta de horizontes para iniciar un nuevo modo
de pensar mundos, inherente a las potencias occidentales
hegemónicas del presente, intensifica la necesidad
que éstas experimentan de encontrar un bálsamo
en el dominio globalizado.
RESULTADOS ANTERIORES
Algunos datos de resultados obtenidos
por el equipo durante el período 2009-2012 en
el marco del proyecto recientemente finalizado "Indagación
crítica.interpelativa del presente: Coordenadas
de matrices de pensamiento: hibridación e interdiscursividad"
al cual éste le continua.:
Exposiciones en Reuniones Científicas 68 (sesenta
y ocho)
Cursos y seminarios dictados 9 (nueve)
Libro 1 (uno)
Libros colectivos 3 (tres)
Capítulos de libros publicados 20 (veinte)
Capítulos de libros en prensa 8 (ocho)
Artículos publicados 11 (diez)
Artículos en prensa 2 (dos)
-Organización de cuatro reuniones
científicas, dos nacionales, dos internacionales,
destacándose entre estas últimas la realización
del III Encuentro CEAPEDI-Comahue y Encuentro Internacional
del Colectivo Modernidad/Colonialidad-Patagonia 2012,
Neuquén, UNCo, 9 al 12 de Octubre de 2012.
Creación del Centro de Estudios
y Actualización en Pensamiento Político,
decolonialidad e Interculturalidad, CEAPEDI, Facultad
de Humanidades, UNCo., 2009
Creación de la Revista Otros
Logos. Revista de Estudios Críticos. UNCo., 2010
OBJETIVOS
Objetivo General
Revisar los marcos conceptuales y los
saberes dominantes de las ciencias sociales y las humanidades,
dadas las nuevas modalidades de colonialidad que se
despliegan en el presente en tiempos globales, atendiendo
tanto a la geopolítica del conocimiento como
al desfasaje actual de los insumos teóricos canónicos
con respecto a los inocultables cambios en el ordenamiento
mundial.
Objetivos Específicos
-poner en cuestión la dimensión
colonial del bagaje conceptual de las ciencias sociales
y las humanidades, gestados en el horizonte epocal de
la modernidad eurocentrada con pretensión totalizante.
-indagar las estrategias epistémico-políticas
emergentes de las impugnaciones a los esquemas teóricos
dominantes de las ciencias sociales y las humanidades,
y explorar sus alcances y limitaciones.
-analizar las nuevas modalidades que
asume el patrón mundial del poder desplegado
por la colonialidad en el presente global posoccidental.
-identificar aquellos conceptos y corpus
categoriales que requieren de una inaplazable revisión
y resemantización.
-indagar las aportes y contribuciones
de la llamada perspectiva decolonial, los estudios poscoloniales
y la epistemología del sur para un descentramiento
de los saberes dominantes de las ciencias sociales y
humanas hegemónicas.
-reparar en las críticas intra-modernas
contra-eurocéntricas indagando las posibilidades
de articulación y reinterpretación descolonizante.
-contribuir a la construcción
de nuevas categorías y recursos teórico-prácticos
ajustados a los tiempos globales del presente para una
indagación crítica del mismo.
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Proyecto de Investigación
04/H 111
Indagación crítico-interpelativa
del presente. Coordenadas de matrices de pensamiento:
hibridación e interdiscursividad.
Director: María Eugenia Borsani
Co- Director: Carlos Pescader
A propósito de su Fundamentación
En la últimas dos décadas
y media, aproximadamente, han aparecido publicaciones
varias en el campo de las ciencias sociales y las
humanidades que ponen central interés en torno
al presente. Tal tematización de la actualidad
no cuenta con un campo privilegiado desde el cual
se escruta e indaga el presente. Muy por el contrario,
resulta central advertir que nos encontramos con controversiales
análisis procedentes desde campos y territorios
objetuales muy diversos. Puede entonces decirse que
el presente -en tanto temática
que motiva este proyecto- viene siendo motivo de indagación
desde perspectivas muy diversas.
De tal manera, y en consonancia
con planteos que oportunamente hiciéramos en
relación a la Filosofía de la Cultura,[1]
bien puede sostenerse que el presente es interrogado
desde cierto cosmopolitismo, ecumenismo teórico
por excelencia, crisol de enfoques, escuelas y problemáticas.
Dado que toda lectura del presente se nos vuelve indisciplinable
y resistente a someterse a la mirada de una única
procedencia, requiere, para ello, de aportes de perspectivas
diversas que contribuyan a enriquecer desde planteos
diferentes aquello que de él se diga.
Sin embargo, es ciertamente preocupante
advertir que el quehacer intelectual se encuentra
actualmente segmentado y reificado en campos temáticos
varios, los que, paulatinamente, han ido perdiendo
su dimensión práctico-política.
Los resultados de tal cosificación se hacen
ver en el distanciamiento entre la producción
teórica y el mundo.
En lo que respecta a la filosofía,
cabe por caso reparar en la actual situación
agónica y dramática de la filosofía
según apreciaciones críticas procedentes
de cierto modo de concebir a ésta-. Tal situación
es reversible si se logra dar con el modo de sacar
a la filosofía de su claustro hacia el mundo
y la realidad, de modo activo y productivo[2]
según lo sostiene Luis Sáez, catedrático
de la Universidad de Granada, quien junto a Javier
de la Higuera y Óscar Barroso, advierte con
disgusto, pero no por ello resignación, el
preocupante estado de revista de este campo. Y en
conformidad con tal apreciación resulta el
eje del proyecto de investigación Cooperación
filosófica para el desarrollo: filosofía
iberoamericana y sociedad en el marco del Proyecto
de Cooperación Universitaria para el desarrollo.
Este proyecto, que confía en la capacidad de
una filosofía aplicada a la sociedad, se inspira
en las recomendaciones del Consejo Ejecutivo de la
UNESCO (Documento 171 EX/12, Anexo II), por las que
se invita a las instituciones a promover la práctica
de la filosofía, de su enseñanza y de
su presencia pública como factor de desarrollo
social y político y elemento de mejora de las
situaciones conflictivas mundiales que aquejan a la
humanidad.
Así entonces, no son pocos
los que impugnan la pérdida de la dimensión
práxica de la filosofía y advierten
sobre las consecuencias políticamente objetables
de la retirada de ésta con relación
al mundo, al tiempo que recusan las producciones teóricas
resultantes de áreas que encerradas en sus
propias idiosincracias discursivas, clausuran el cruce
con otras discursividades propiciando así el
esclerosamiento derivado de los disciplinamientos
cognoscitivos. Dicho de otra manera, y entendiendo
que corren tiempos de resemantización de la
actividad filosófica que le devuelva a la filosofía
su matiz práctico (y con ello su inexorable
vínculo mundano) postulamos la urgencia de
una actitud autorreflexiva de esta singular actividad
crítica, exigencia ésta que alcanza
también a las ciencias sociales y humanísticas.
De tal modo, la filosofía
debe reavivar su nexo con la sociedad desbordando
el claustro universitario o su ensimismamiento puramente
especulativo. (
) es precisamente en el movimiento
de salida de la filosofía a su propio exterior
donde cabe reencontrar esa dimensión radical
y crítica que es hoy día necesario,
en atención especial al peligro de un cierre
del mundo sobre sí mismo a causa de la lógica
de la globalización. Y que en esa radicalidad
ontológica alcanzada, los diversos saberes
y prácticas sociales pueden encontrar su específica
contribución a la construcción de una
nueva mundialidad más justa y verdadera.[3]
Mientras algunos filósofos postularon que el
mundo debía ser puesto en instancia de epojé,
otros impugnan tal propuesta fenomenológica
de suspensión o abstención, requiriendo
la vinculación filosofía-mundo, que
bien puede traducirse en trama filosofía-presente.
En esa dirección se expide Raúl Fornet-
Betancourt, quien requiere
frente a la
escolarización de la filosofía y su
consiguiente aislamiento del ´mundo de la gente´
una base orientadora para un proyecto de recontextualización
del quehacer filosófico en nuestro mundo histórico
actual.[4] Estas apreciaciones de Fornet-Betancourt
están dirigidas a la elaboración de
una filosofía para el mundo, (
)
implica recuperar para la filosofía el ejercicio
de la razón que hace la gente y fomentarlo,
no por la ´instrucción´, sino para
la ´interlocución´ lo que a su
vez redunda en una férrea crítica de
la ficticia diferenciación entre filosofía
teórica y filosofía práctica,
distinción ésta con la que Fornet- Betancourt
discrepa.
Es sabido que la vinculación
filosofía-presente ha sido considerada como
ontología de la actualidad y aquí cabe
mencionar el aporte de M. Foucault en su trabajo de
1983 en el que analiza el status ontológico
de su propio tiempo.[5] Como ya lo planteáramos
en otra oportunidad,[6] le corresponde a la intelectualidad
toda -no sólo a la comunidad filosófica-
desempeñar una hermenéutica del tiempo
presente, y con ello, posicionarse ante su propia
época requiriendo para dicha tarea, y de manera
inexorable, de un entramado o urdimbre de saberes,
en una suerte de acción de nuevas tramas de
filiación con otros espacios de tal modo de
sanear la actual situación de encapsulamiento
academicista y de interioridad autista.[7] Cabe
pensar si tal vez frente a tal ensimismamiento no
sea, posiblemente, éste el momento de un tratamiento
de empecinado reposicionamiento de la filosofía
-como así también de las ciencias sociales
y humanas- en espacios de los que se alejó
a expensas de cierto modo de pensamiento des-ideologizado,
apático y abúlico, en conformidad con
los tiempos que corren y en disconformidad con aquellos
que sostenemos que todavía la filosofía
tiene tarea a realizar,[8] siguiendo aquí lo
planteado por Slavoj iek. Eso sólo
será posible pensándola no como reflexión
ausente de mundo, sino como ámbito de inexcusable
mirada mundana y terrenal involucrada con su presente,
dando cuenta de su época.
Por ello, y en pos de revertir tal
estado de cosas -que hemos focalizado en la filosofía
pero no de modo excluyente, sino que hacemos extensivo
a la intelectualidad en su conjunto- reiteramos que
cabe plantear un reposicionamiento de la actividad
intelectual que le posibilite a ésta desempeñar
su alcance práxico mundano, postulando así
la urgencia de una actitud autorreflexiva, propia
de toda actividad cognoscitiva que tenga por cometido
la indagación crítico - interpelativa
del presente.
Un análisis en similar dirección
realiza Santiago Castro Gómez en Temas
y motivos para una ´Crítica de la razón
latinoamericana` al sostener que Asistimos,
entonces, al tránsito del proyecto racional
de la modernidad hacia el desorden global de la modernidad-mundo,
con todos sus riesgos y posibilidades. Dar cuenta
de estos riesgos y de estas posibilidades, pensar
en los intersticios abiertos por la crisis del proyecto
moderno, tal es la tarea de una Ontología crítica
del presente.[9]
En esta línea de pensamiento,
importa examinar los alcances y las limitaciones de
categorías conceptuales y modelos teóricos
para interpelar incisivamente el presente, atendiendo
a su vez a los contextos en los que tales categorías
y modelos se generan. Con igual finalidad fue la reunión
que se desarrolló en el mes de mayo de 2003
en Chapell Hill, Universidad de Carolina del Norte,
siendo el tema convocante Teoría crítica
y des-colonización, oportunidad que contribuyó
a poner en escena el pensamiento / giro descolonial,
una nueva categoría de análisis, un
pensamiento que desnaturaliza la matriz colonial del
poder que abarca e incluye la regionalidad de la metafísica
occidental al decir de Walter Mignolo en la
Introducción a Interculturalidad, descolonización
del estado y del conocimiento.[10] Estas temáticas
se continuaron en el 2005 en la Universidad de Berkeley
conjuntando los proyectos Mapping the descolonial
turn y Shifting the Geographies of Reason.
En tal ocasión se resaltó la necesidad
de comprender la importancia de la geopolítica
del conocimiento y del lugar de enunciación
epistémico, político y ético[11]
Y este giro descolonial, en principio, no colisiona
con la corriente de los Estudios Subalternos según
la perspectiva de Partha Chaterjee.[12]
Nuestro presente propone un desafío
que supera disciplinamientos cognitivos, instando
a un abordaje de permanente y cooperativa convergencia
epistémica, explorando para ello -y desde una
lectura interdiscursiva de interpelación de
lo actual el cruce de coordenadas de `matrices de
pensamiento` plasmadas en hibridaciones tanto teóricas
como temáticas. Al respecto Alcira Argumedo
señala que dicha categoría constituye
la elaboración de un marco conceptual, desde
el cual es factible abordar elementos tanto para la
comprensión del presente como así también
para la efectuación de proyectos políticos
futuros. Así, dichas `matrices teórico-políticas´
poseen como objeto de análisis a los sujetos
protagónicos del devenir histórico social
, conjuntamente con los comportamientos políticos,
económicos, sociales y culturales que emanan
de los mismos, dando cuenta a su vez de los valores
y supuestos implícitos a la base de toda práctica
humana.[13]
Por su parte, el historiador Dominick
La Capra sostiene que Podríamos aducir
con toda justicia que, en cierto sentido limitado,
la universidad, o por lo menos las humanidades y las
ciencias sociales interpretativas está y siempre
estará en crisis y que el debate se fundamenta
en cuestiones esenciales incluyendo la identidad y
las fronteras disciplinarias y los interrogantes legítimos
que éstos plantean,[14] abriendo paso
a un cooperativo interdiálogo para el análisis
de tal situación crítica.
En dirección similar, desde
el campo estético, se expide Nicolás
Bourriaud El arte sólo se define ahora[15]
como un lugar de importación de métodos
y de conceptos, como una zona de hibridaciones.[16]
En tal sentido, este proyecto se propone realizar
una indagación crítico-interpelativa
del presente, atendiendo al alcance de tal indagación
para la comprensión de configuraciones filosóficas,
histórico-políticas, estéticas
y comunicacionales de la actualidad, considerando
a su vez cuáles y bajo qué modalidades
han contribuido diversas matrices conceptuales, presentes
en hibridaciones teóricas varias, en pos de
explorar las condiciones de posibilidad de una ontología
del presente que despliegue estrategias teórico-prácticas
que subsane el distanciamiento entre teoría
y mundo en incida en la transformación del
status quo.
De tal manera, la presente propuesta
investigativa pretende efectuar una comprensión
de la actualidad -procurando priorizar como unidad
de análisis empírico la realidad de
nuestro país inserta en el contexto latinoamericano-
mediante una lectura tanto en clave retrospectiva
como prospectiva del hoy, rescatando a su vez, prácticas
culturales negadas o silenciadas en el seno de la
cultura dominante, en aras de dar con coordenadas
epistémicas disruptivas y contestatarias a
toda perspectiva convalidante de lo actual. Entendemos
que para llevar a cabo los objetivos propuestos en
este proyecto se hace necesario conformar un equipo
con miembros de diversas procedencias teóricas,
en vistas a un tratamiento que permita ensamblar miradas
y perspectivas diversas pero que converjan respecto
a la ponderación de la urgencia de tematización
del presente haciendo de ello el eje de sus inquietudes
teóricas. Este tratamiento supone reparar en
la dimensión práctica que de tal análisis
se deriva. En virtud de lo dicho este proyecto está
integrado por miembros procedentes de la Filosofía,
la Historia y las Ciencias de la Comunicación.
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[1] Cfr. Borsani, M. E.; A
propósito de territorios y fronteras en Filosofía
de la Cultura* en Revista En- claves del pensamiento.
TEC de Monterrey, Campus Ciudad de México,
Año II, Nro. 3, 2008.
[2] Sáez, L.; Correspondencia
electrónica. 1-06-08 (En adelante C.E)
[3] Memoria Técnica del Proyecto
de Investigación: La actividad filosófica
en el espacio social: el nuevo lugar de la ontología
en la época de la mundialización.
Universidad de Granada, 2007. Pág. 9.
[4] Fornet Betancourt R.; Por
una filosofía popular. El autor remite
a Die Popularphilosophie oder die zu rehabilitierende
Tradition en Modelle befreiender Theorie in
der europäischen Philosophiegeschichte. Frankfurt,
2002, Pág. 175 y ss.
[5] Cfr. Foucault, M.; Saber y Verdad.
Madrid, Ed. La Piqueta, 1991.
[6] Cfr. Borsani, M.E.; "Negación
o reconocimiento del pasado" Revista Cultura
latinoamericana del Instituto de Estudios Latinoamericanos,
Annali 2005, Nro 7, Pagani, Italia. 2006.
[7] Sáez, L.; C.E.
[8] Dice iek que
en
contraposición a las pasiones ideológicas,
a las que se considera ´pasadas de moda´,
hoy la forma ideológica preponderante consiste
en poner el acento en la lógica económica
`objetiva´, despolitizada, puesto que la ideología
es siempre autorreferencial, es decir, se define a
través de una distancia respecto de otro, al
que se lo descarta y denuncia como `ideológico´.
iek, S. y Jameson, F. (2003); Estudios
culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo.
Buenos Aires, Paidós, 2003. Pág. 15.
[9] Castro Gómez, S.; Temas
y motivos para una Crítica de la razón
latinoamericana. Soporte digital. Véase
también Castro Gómez, S.; Crítica
a la razón latinoamericana, Barcelona, Puvill
Libros, l996.
[10] Mignolo, W., García Linera,
A. y Walsh, C; Interculturalidad, descolonización
del estado y del conocimiento. Buenos Aires, Del Signo.
2006. Pág. 9.
[11] Cfr. Walsh; C., Schiwy F. y
Castro Gómez S.; Indisciplinar las Ciencias
sociales, Geopolíticas del conocimiento y colonialidad
del poder, Quito, UASB/Abya Yala,. 2002. Pág.
25.
[12] Cfr. Chatterjee, P.; La Nación
en tiempo heterogéneo y otros estudios subalternos.
S.XXI, 2008.
[13] Según Argumedo Las
matrices de pensamiento son expresiones de procesos
sociales, políticos, económicos y tienden
a incidir con mayor o menor fuerza sobre las realidades
y los conflictos nacionales e internacionales. Conforman
las bases de fundamentación de proyectos históricos
y guardan una fluida continuidad con las manifestaciones
de la cultura (
) reflejando el carácter
intrínsecamente polémico del conocimiento
social Argumedo, A.; Los silencios y las voces
en América Latina. Buenos Aires, Ed. Colihue,
2004. Pág. 82.
[14] La Capra, D.; Historia en tránsito,
Buenos Aires, FCE, 2006. Pág. 268.
[15] El subrayado es nuestro.
[16] Bourriaud, N.; Estética
relacional, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2006. Pág.
128.
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El CEAPEDI:
Acerca de su
fundamentación
y propósitos
Este Centro propone abrir
un espacio de permanente exploración conceptual orientado
a indagar los planteos provenientes de lo que se ha denominado
Giro/pensamiento decolonial. Esta novedosa perspectiva,
también llamada `pensamiento otro´, `epistemología
fronteriza´ y `pensamiento heterárquico´
conlleva a una muy significativa incidencia en el campo del
Pensamiento Político/ Filosofía y Teoría
Política y en el de la Crítica Cultural y Estudios
Culturales, entre otros. Dicha propuesta teórico-práctica
propicia, desde un punto de vista metodológico, un
viraje que consiste en el desprendimiento de aquellas narraciones
canónicas desplegadas por la matriz ético-política
propia de la modernidad. Su cometido, entonces, es apostar
a un genuino giro epistémico, abrevando para ello en
prolíficos abordajes conceptuales procedentes de genealogías
no contempladas - o silenciadas adrede- en las narrativas
de la academia occidentalo-céntrica. Este viraje o
giro, nos posiciona así ante instancias de decolonialidad
operantes en las órbitas del poder, del ser y del saber,
lo que implica, a su vez, un corrimiento del carácter
homogeneizante supuesto en la episteme política moderna/colonial
desbaratando así ciertos constructos categoriales centrales
y constitutivos del relato político moderno.
La propuesta decolonial estimula, entonces,
la generación de constructos conceptuales, herramientas
de análisis con proyección práctica-política
en aras de encontrar nuevas pistas interpretativas y performativas
del mundo político, a expensas de reformular los criterios
claves del universo político-social. Se enmarca, así,
en una acuciante exigencia, que se estima impostergable por
llevar a cabo una acción de resemantización
de la actividad intelectual en pos de incorporar nuevas discursividades
y dar cuenta, a su vez, de cuáles fueron los resortes
que impidieron, por siglos, asirnos de tales planteos a la
vez que desamarrarnos a patrocinios conceptuales, tutelajes
epistémicos y padrinazgos categoriales. Esta opción
teórica altera así la historia misma de la Filosofía
y Teoría Política que sostenida en la ficción
de la historia universal -no siendo sino historia `europea´
de la filosofía `occidental´- traza un itinerario
que parte de los filósofos célebres de la Grecia
clásica, haciendo escala en el renacimiento italiano,
pasa por los contractualistas de procedencia inglesa, alemana
y francesa, llegando al marxismo, en el mejor de los casos,
como único e inexorable itinerario. La opción
decolonial cuestiona la irreversibilidad de tal recorrido
e indaga en historias `otras´, no canónicas,
proponiendo nuevas cartografías epistémicas
en pos de contribuir a la transformación de la geografia
de la razón occidental. Dicho cuestionamiento auspicia
entonces nuevos itinerarios intelectuales, lo que es bienvenido
habida cuenta que los recursos epistémicos con los
que se ha contado hasta ahora no resultaron ni suficientes
para inteligir el universo socio-político ni han propiciado
un presente más justo. Es por ello que la repercusión
del giro decolonial en el campo del Pensamiento Político
-considerado en su vastedad dado que aglutina a la Filosofía
Política, a la Ciencia Política, al Derecho
Político, y más- estimula a desempeños
académicos e institucionales en aras de otorgarle un
adecuado encuadre crítico, el que será alcanzado
en tanto se diseñen ámbitos investigativos ad-hoc
en consonancia con la significativa incidencia que esta perspectiva
ha comenzado ya a adquirir en las Ciencias Humanas y Sociales.
En concomitancia con lo planteado, la
referencia al concepto de interculturalidad responde por su
parte a la ponderación otorgada a la diversidad de
expresiones epistémico-políticas prohijadas
por la totalidad de culturas y comunidades humanas existentes.
En tal sentido, la referencia a la idea de interculturalidad
supone una revalidación de los saberes contextuales
propios de cada cultura y, fomenta a su vez, la generación
de un nuevo horizonte ético-político a partir
de un genuino diálogo entre los diversos colectivos
humanos y las configuraciones estéticas, políticas
y cognoscitivas constitutivas de los mismos. De tal modo,
esta validación otorgada a la idea de interculturalidad
supone, entonces, un rechazo a toda concepción etnocéntrica
desde la cual se afirme la pretensión privilegiada
de universalidad de una cultura por sobre otras, o bien, la
imposición de cierta tipo de racionalidad por sobre
otras manifestaciones exploratorias del mundo.
De tal manera, la decolonialidad y la
interculturalidad suponen el diseño de un nuevo programa
político-filosófico-epistémico desde
el cual repensar y articular nuevos modos de convivencia que
posibiliten una transformación dignificante de nuestro
presente.
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